¿A quién queremos engañar?
Me cansa el postureo al que nos lleva el tener que aparentar estar bien a pesar de los problemas (ademas, soy de los que piensan que un problema compartido es un problema medio solucionado).
¿En qué momento hemos dejado de pedir ayuda por miedo a mostrar vulnerabilidad? Si lo piensas, somos horribles.
Es necesario que pongamos en una balanza lo que nos conviene y lo que no, y, dentro de nuestras posibilidades y el respeto correspondiente por lo demás (pero sobre todo con nosotros mismos), llevemos a cabo aquello que nos hace felices. Cada uno que ponga los niveles de su felicidad donde prefiera. (Porque…¿qué es la felicidad?. Eso daría para muchos lunes…)
Dejemos de hacer lo que esperan que hagamos. Eso solamente nos hará engordar la factura de nuestro terapeuta sin llegar a las conclusiones que nos hacen falta para ser mejores.
Permitamos que se acerquen a nosotros las personas que nos quieren como realmente somos.
Eres libre de querer mostrar tu mejor cara siempre, pero no te engañes, porque para que haya luz es inevitable que haya sombras.